divendres, 9 de gener del 2009

Regala Somriures*



No voy a soportar una sola queja más. ¡Ya no! Se acabaron las lamentaciones, las mierdas, el no puedo, y el no hay nada que hacer. Estoy más que harto y reharto de aquellos que sin motivo aparente alguno, tiran la toalla a cual Ulises sin sirena que escuchar. ¿De donde procede ese derrotismo de moda? ¿A caso a parte de sordos somos ahora además, ciegos? Porque no lo parece cuando luce tipito el wap@ de turno. Y es que se debe de ser rancio, se debe de ser tonto y por supuesto vago. Soy duro, lo se. Hay razones, lo se. Pero jodidas tristezas, jodidas batallas perdidas. ¿Pero que es lo que pasa? Y no me digáis que dicen que dice, que cuentan que oyeron la historia de una vida que marginó a otra. Venga ya, jovenzuelos de alma, ¡luchad!


La suerte o la felicidad no es algo que se encuentre entre las lamentaciones o las idas de la chaboleta, sino que es aquello que uno día tras día debe ir buscando a la par que recopilando. Y ahí reside el saber hacer, pues quien enciende el día con sonrisa, con sonrisa le devolverá el día su gesta. Y vale que no se esté como para tirar cohetes, pero siempre hay lugar para cuatro petardos. Aunque sean baratos. Aunque sean defectuosos. Aunque hagan pena. Porque al menos ahí están.

Recórcholis de los rechorleros, debéis aprender a valorar los diminutos guiños que se os mandan en vuestra rutina. Y que no se empiece a condenar a la rutina con el aburrimiento. Que se aburre quien quiere no quien puede.


Y es que en fin, humildad en mano, comprensión en corazón, tolerancia en mente. Voy a ser vosotros, voy a daros esa energía que me dio el guiño de hoy, el que ya me dio ayer, y si prometéis ser buenos el que me dará mañana. A cambio nada de quejas, nada de lloriqueos, nada de vacíos, nada de soledades, nada de crisis existenciales, nada de estreses, nada de complicaciones, nada de nada de nada.

Vamos, que algo me deberéis prometer… y deseo que hagáis el esfuerzo anonimata muchedumbre. Pues podéis llorar, gritar, correr, escapar, pensar ser desgracia, quejarse, tristear, ser soledad, melancolía, nostalgia, inseguridad e incluso baja autoestima y gran autodestrucción. Eso si, pasado el tiempo debido, el que meticulosamente marca el protocolo, prometedme que seguiréis adelante.


Sonrisas dijo la girafa que vio en su nuevo amanecer. Algo funcionó, algo cambió. Y es que como le dijo su amigo el elefante (algún día os hablaré de él) todo se reduce a un solo concepto: el valorar.

Ojala consiguiéramos escuchar su plegaria, pues la sonrisa atrae a la suerte y el optimismo a la energía positiva a cual espiral sin salida. Y aunque de chorradas muchos piensen que vive, eso es más verdadero que la lamentación del aburrido.

Así las cosas, transcurridos los segundos, la cesta, la bolsa o la mochila se van tejiendo sutilmente con nutridos placeres conceptuales, a los que hoy, esta humilde girafa le añade tras el escuchar y la necesidad del dispar, el valorar.

1 comentari:

  1. "Voy a ser vosotros, voy a daros esa energía que me dio el guiño de hoy, el que ya me dio ayer, y si prometéis ser buenos el que me dará mañana. A cambio nada de quejas, nada de lloriqueos, nada de vacíos, nada de soledades, nada de crisis existenciales, nada de estreses, nada de complicaciones, nada de nada de nada."

    Te lo prometo.
    Parece que sepas mi estado.
    ¿Cómo te has enterado?
    Mañana será otro día.

    muaaaaaaa!

    ResponElimina